Con el envejecimiento ocurren diversos cambios que afectan al organismo y en especial al sistema osteomioarticular lo cual se traduce en disminución de la masa y la fuerza muscular, la flexibilidad, la movilidad y amplitud del movimiento articular, el equilibrio. Todo esto se acentúa en aquellas personas sedentarias y como resultado aumentan las probabilidades de enfermedades crónicas no transmisibles, obesidad, depresión, insuficiencia cardíaca, caídas con la temida consecuencia de las fracturas de cadera, así como, pérdida de la capacidad funcional y de la autonomía que en breve o largo plazo llevan a los ancianos a la fragilidad, la dependencia, institucionalización y muerte. Es importante mantener o comenzar alguna actividad física durante el confinamiento por covid-19, por los beneficios que esto trae al organismo de nuestros mayores.

Varias investigaciones han encontrado que las personas de 75 años presentan, en comparación a los adultos jóvenes, entre un 40 a 90 % de disminución de la resistencia aeróbica, de la fuerza de agarre de las manos, de la fuerza de las piernas, de la movilidad articular y de la coordinación neuromuscular.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, se estima es la causa principal de aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.

¿Qué es actividad física?
La actividad física se refiere a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía. 
¿Cuáles son los riesgos de la inactividad física?
La inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad y representa el 6% de las muertes registradas a nivel mundial). Se estima que la inactividad física es la causa principal de aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de cardiopatía isquémica. 
¿Cuáles actividades físicas pueden realizar los adultos mayores?
Nuestros adultos mayores pueden realizar actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (caminatas o paseos en bicicleta), actividades ocupacionales (persona activa desde el punto de vista laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
¿ Qué beneficios aporta la actividad física en los adultos mayores?
El permanecer físicamente activos de manera regular previene y retarda algunas enfermedades y discapacidades de la vejez, tales como, como diabetes, cáncer de colon, hipertensión, cardiopatías, osteoporosis, caídas.
La actividad física mejora el equilibrio, la autonomía e independencia. Garantiza una mejor capacidad respiratoria y cardíaca. Incrementa las energías para realizar las tareas cotidianas. Disminuye el deterioro cognitivo.
Garantiza el control del peso corporal al incrementar el gasto calórico y así se evita la obesidad y sus consecuencias.
Mayor salud funcional, menor riesgo de caídas, funciones cognitivas mejor conservadas, menor riesgo de afecciones discapacitantes.
Beneficia la salud mental,  mejora el bienestar emocional y de esta forma disminuye los síntomas de depresión o ansiedad, facilita las relaciones sociales y aumenta la autoestima.

¿ Quiénes deben realizar actividad física? ¿Cuál debe ser la duración?
Es recomendable para todos los adultos mayores independientemente de edad, sexo, raza, etnia y niveles de ingresos.
Adultos mayores con discapacidad, adaptando las actividades a sus limitaciones y los riesgos específicos para su salud.
Adultos mayores que tienen  movilidad reducida con el objetivo de mejorar el equilibrio y evitar las caídas.
La duración de la actividad física debe ser 15 a 30 minutos diarios, alrededor de 75 a 150 minutos semanales. Dependiendo de la intensidad de la actividad (moderada o intensa).  Dividiendo las sesiones en 10 minutos cada una.
Frecuencia: 2 a 5 veces por semana.
Repeticiones: Un mismo ejercicio repetir 3 veces y cada ciclo entre 8 a 15 repeticiones.

¿ Qué tipos de ejercicios son beneficiosos?
Ejercicios de flexibilidad: incrementan la elasticidad, autonomía e independencia.( estiramientos antes y después de cada sesión)
Ejercicios de equilibrio: refuerzan los músculos de las piernas y de esta forma evitan las caídas y las fracturas de cadera.(pararse en un pie, caminar colocando un pie delante de otro)
Ejercicios de fortalecimiento: aumentan la fuerza muscular, mejoran el metabolismo, controlan el peso y los niveles de azúcar en sangre, previenen la osteoporosis. (Elevar los brazos, Levantarse de una silla, flexiones y extensiones de rodillas, caderas, de piernas).
Ejercicios de resistencia: previenen enfermedades asociadas al envejecimiento,  mejoran la capacidad respiratoria y cardíaca, aumentan las energías para realizar las actividades cotidianas. (Nadar, bailar, montar bicicleta, escobillar el piso, subir escaleras).





 ¿Qué hacer antes de comenzar cualquier tipo de actividad física?
Consultar al médico de cabecera para asegurarse que el adulto mayor esté en condiciones de realizar la actividad física.
Comenzar gradualmente según las capacidades y la motivación de cada uno.
Realizar un programa de actividades que alterne cada tipo de ejercicios.
Realizar la actividad en un horario fijo que no interfiera con sus rutinas
Afiliarse a grupos de ancianos para crear su propia red social que lo estimule.

¿Qué hacer si eres profesional sanitario?
Paciencia y empatía. Tener presente que es un grupo de edad que en ocasiones presenta déficit cognitivos o sensoriales, en general con capacidades físicas disminuidas.
Lograr motivación y adherencia al ejercicio.
Dar instrucciones orales y hacer la demostración práctica de cada ejercicio.
Escuchar al anciano, prestarle atención, así se logra disminuir las preocupaciones o temores, aumentar la relación y confianza.
Evitar la monotonía convirtiendo el ejercicio en juego.
Comentar con el anciano sus progresos y premiarlos.
Dejar programa de ejercicios en papel para hacer en casa.

¿ Es importante mantener la actividad física durante el confinamiento?
Por supuesto que sí. Este período de confinamiento nos somete a todos y en especial a los adultos mayores a una situación estresante. El ejercicio en casa 10 a 15 minutos, 2 veces al día, aporta ventajas al organismo: aumentará la capacidad cardiorrespiratoria y del sistema muscular, refuerza el sistema inmunitario, facilita la relajación mental, ayudando a pensar mejor y  a la toma de decisiones correctas.
Aprovechar las tareas domésticas, subir y bajar tramos de escaleras o utilizar los muebles para hacer la rutina de ejercicios se traducirá en beneficios para el cuerpo.

¿Cuál es la meta?
Con una adecuada actividad física se logra un envejecimiento saludable y una mejor calidad de vida tanto física como mental siempre teniendo en cuenta que una adecuada nutrición, el ejercicio como estilo de vida y la participación social son los principios de un futuro saludable.

En los enlaces podrán encontrar ejercicios que pueden hacer los mayores en casa durante el confinamiento.

"No importa cuán despacio vayas mientras sigas en constante movimiento"  Confucio

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