Síndromes Geriátricos ¿Qué debemos saber acerca de ellos?
El incremento del número de personas mayores de 65 años al aumentar la expectativa de vida, por lo tanto, una mayor prevalencia de la enfermedades crónicas e invalidantes, nos enfrenta a una una progresiva "geriatrización de la Medicina”.


Los síndromes geriátricos son magníficamente definidos por Robert L. Kane , en 1989, en su libro “Essentials of Clinical Geriatrics” como problemas geriátricos, permitiendo a través de una regla nemotécnica su memorización por medio de la regla de las «ies»:

  • Inmovilidad.
  • Integridad piel (úlceras por presión).
  • Inteligencia alterada (demencia y confusión).
  • Introversión (depresión).
  • Inestabilidad (caídas y trastornos de la marcha).
  • Inanición (desnutrición).
  • Incontinencia.
  • Iatrogenia (polifarmacia).
  • Impactación fecal (constipación).
  • Inmunodeficiencia (infecciones).
  • Insuficiencia sensorial (deterioro vista/oído).
  • Indigencia (falta de recursos).
  • Infausto (situación de enfermedad terminal).

Los Síndromes Geriátricos constituyen la forma habitual de presentación de muchas enfermedades en los adultos mayores por lo cual es necesario su conocimiento:
Por parte de los profesionales sanitarios, ya que este gran grupo poblacional utiliza los servicios sanitarios a diferentes niveles: Atención Primaria, servicios de urgencias, Hospitales Generales, hospitales de media y larga estancia, servicios institucionales, etc. Es importante tomar medidas según cada caso individual previa realización de una valoración geriátrica integral.
Por parte de cuidadores, ya que son los encargados del bienestar de las personas mayores y pueden realizar acciones que permitan una búsqueda precoz de asistencia y así evitar deterioro funcional que lleva a discapacidad y dependencia, con la consecuente sobrecarga del cuidador.
Estos síndromes comparten una serie de características comunes:

  • Elevada frecuencia en la población de edad avanzada.
  • Pérdida de autonomía personal y de la calidad de vida.
  • La pluripatología dificulta el diagnóstico.
  • Son el frecuente origen de incapacidad funcional o social en la población.
  • Frecuentemente atribuidos al propio envejecimiento.
  • Aumentan los ingresos hospitalarios.
  • Incrementan la estancia hospitalaria, la mortalidad al ingreso y a los 3 meses.
  • Aumentan la institucionalización al alta y a los 3 meses.
  • Aumentan los reingresos hospitalarios.
  • Posibilidad de prevención y/o tratamiento, sobre todo en fases precoces.

Diferentes síndromes pueden interactuar e influirse entre sí. Por ejemplo: la falta de recursos, por la poca accesibilidad a los alimentos y medicamentos, conlleva a desnutrición, sarcopenia y caídas. A su vez esta última genera inmovilidad, ulceras por presión (escaras), infecciones, ingreso hospitalario y muerte.
En unos casos, los tratamientos son principalmente farmacológicos y, en otros, el manejo se basa en la prevención o en otro tipo de terapias como los tratamientos cognitivos o funcionales.

                     Bibliografía:


 

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