¿Qué es la demencia? (II parte)
Fisopatología de la Enfermedad de Alzheimer (EA)
La EA es una enfermedad neurodegenerativa de curso progresivo que se caracteriza por alteraciones del funcionamiento cognitivo y la personalidad. La secuencia patológica comienza habitualmente en las estructuras del lóbulo temporal medio, responsable de la memoria y luego progresa a otras áreas cerebrales. Su patogenia aún no está completamente esclarecida pero se han planteado múltiples hipótesis, entre ellas: pérdida de neuronas colinérgicas con la consecuente disminución de la acetilcolina en áreas relacionadas con la memoria, la presencia de APOE (apolipoproteína E) que promueve el depósito amiloide y favorece la neurotoxicidad, estrés oxidativo, formación de placas amiloides y ovillos neurofibrilares. Lo cierto es que la ciencia continua buscando respuestas sobre esta enfermedad y cómo detener su progresión, lo que significaría un gran avance científico y la mejora de la calidad de vida de pacientes y familiares
Diagnóstico
Es importante tener en cuenta los siguientes aspectos del síndrome de demencia:
- La demencia se presenta en una persona con función intelectual previa normal (permite distinguirla del retraso mental).
- Se produce en una persona que está vigil (sin alteración del nivel de consciencia (así distinguirla del delirium).
- Está originada por una enfermedad cerebral (excluir otros trastornos psicógenos primarios).
- La universalidad del deterioro intelectual implica una lesión cerebral más o menos difusa (en contraposición al déficit cognitivo debido a lesión focal); el trastorno intelectual es habitualmente progresivo y con frecuencia irreversible, aunque hay formas de demencia estáticas.
El
diagnóstico de la demencia es eminentemente clínico, el proceso
diagnóstico ha de ser ordenado, siguiendo determinadas pautas. Es
necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:
1) Diagnosticar la existencia de deterioro cognoscitivo y de síntomas conductuales-psicológicos: para esto debemos apoyarnos en una historia clínica completa, prestando especial atención a: factores de riesgo vascular (actúan el desencadenando o facilitando la progresión de la demencia); capacidades sensoriales (auditivas y visuales) y su corrección si existen; valoración neuropsicológica y la utilización de escalas estandarizadas para su correcta medición; valoración funcional para determinar la repercusión que tiene la enfermedad en las actividades de la vida cotidiana y valoración social para determinar el grado de repercusión familiar y social, sobrecarga del cuidador, responsabilidad de los familiares en el manejo del paciente y recursos de apoyo disponibles.
2) Caracterizar estas alteraciones como demencia (Diagnóstico sindrómico): siguiendo los criterios del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales (DSM) de la American Psychiatric Association (APA), de la CIE-10 (Clasificación Internacional de las enfermedades) y las escalas de gravedad.
3) Identificar el tipo de demencia (Diagnóstico etiológico): apoyándose en los exámenes de laboratorio y neuroimagen estructural, molecular y funcional, también denominados biomarcadores, que a la vez permitirán el diagnóstico diferencial de la demencia.
Existen múltiples instrumentos de valoración neuropsicológica que permiten realizar una valoración inicial del paciente y el seguimiento de su evolución, estos brindan confiabilidad o refuerzan el diagnóstico de demencia. Es necesario valorar el nivel premórbido del paciente, nivel de escolaridad y edad porque de no tener en cuenta estos aspectos podrían conducir a errores.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial se plantea con múltiples entidades entre ellas el envejecimiento normal, la depresión, el delirium, psicosis, etc (Ver tablas). . También se realiza el diagnóstico diferencial entre los diferentes tipos de demencia: Alzheimer, cuerpos de Lewy, demencia vascular, etc..
Tabla 1. Diferencias entre envejecimiento normal, deterioro cognitivo leve (DCL) y demencia.
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Características |
Envejecimiento normal |
DCL |
Demencia |
Quejas del paciente |
Frecuentes
|
Puede no existir |
Puede no existir |
Quejas del informador |
Ausente |
Frecuente |
Presentes |
Alteraciones de la memoria
|
Memoria episódica, evocación espontánea, memoria de trabajo
|
Memoria episódica
|
Con suficiente intensidad como para interferir su funcionamiento normal. |
Otras alteraciones cognitivas
|
Disminución de la velocidad de procesamiento, alteraciones en la atención
|
Disfunción ejecutiva, grados de afasia, agnosia, alteración de la función visuoespacial. Actividades básicas de la vida diaria conservadas
|
Con suficiente intensidad como para interferir su funcionamiento normal |
Deterioro funcional |
No |
Leve |
Presente |
Trastorno del comportamiento |
No |
Frecuente depresión, apatía, ansiedad |
Frecuente depresión, apatía, ansiedad |
Tabla 2. Diferencias entre síndrome confusional agudo (SCA) y demencia.
Características |
SCA |
Demencia |
Inicio |
Agudo (días)
|
Lento (meses o años) |
Duración |
Transitoria |
Permanente |
Carácter |
Reversible |
Reversible en algunos casos |
Nivel de atención |
Alterado
|
Normal salvo en casos severos |
Nivel de conciencia |
Fluctuante, exacerbación nocturna
|
Normal |
Desorientación |
Precoz
|
Tardía |
Alucinaciones |
Frecuentes
|
Ausentes |
Psicomotricidad |
Alterada |
Normal |
Tabla 3. Diferencias demencia y depresión.
Características |
Demencia |
Depresión |
Inicio |
Lento (meses o años) |
Subagudo (semanas o meses)
|
Duración |
Permanente |
Mejora con tratamiento antidepresivo |
Síntomas psicológicos |
Apatía Pasividad Labilidad emocional |
Llanto, tristeza, ideas de suicidio, trastornos del sueño y apetito |
Quejas de memoria |
Ausentes |
Presentes
|
Nivel de conciencia |
Normal |
Normal
|
Desorientación |
Presente |
No
|
Alucinaciones |
Ausentes |
No |
Tratamiento
¿Es posible prevenir la demencia con un estilo de vida saludable?
Sí, la prevención es importante actuando sobre los factores de riesgo, como bien dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en : " lo que es bueno para nuestro corazón, también es bueno para nuestro cerebro". Llevar un modo de vida sano ayuda a reducir el riesgo de padecer demencia.
El manejo de los pacientes con demencia incluye: tratamiento no farmacológico, farmacológico, de los síntomas cognitivos y conductuales, la educación de los familiares y/o cuidadores, así como el tratamiento de las complicaciones.
Conclusión
Queda mucho camino por recorrer pero ahora lo más importante es : llevar una vida saludable, realizar el diagnóstico precoz de la enfermedad y una vez diagnosticada la enfermedad, trabajar para mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.
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