El maltrato es una violación a los derechos humanos de las personas mayores, en la actualidad constituye un problema de salud al que nos enfrentamos con frecuencia en la práctica médica. Tristemente las cifras no muestran la realidad ya que muchas personas que sufren maltrato o que son testigos del mismo no lo denuncian. Esto trae como consecuencia que la mayor parte del problema esté aún en el anonimato.

 
Según la Organización Mundial de la Salud:
  • En investigaciones  realizadas en 2017 se demostró que 1 de cada 6 personas mayores de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato en el entorno comunitario, esto representa el 15,7%  de los cuales fueron psicológicas el 11.6%, físico 2.6%, financiero o económico 6.8%, negligencia 4.2% y sexual 0.9%.
  • Las tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones: 2 de cada 3 trabajadores de estas instituciones indican haber infligido malos tratos. Esto representa el 64.2%  de los cuales fueron psicológicas el 32.5%, físico 9.3%, , negligencia 12.0% y sexual 0.7%.
  • El grupo etáreo predominante 60-69 años y el sexo femenino.
  • Solo se denuncia uno de cada 24 casos de maltrato a personas mayores
  • La población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900 millones en 2015 a unos 2000 millones en 2050. Se prevé que la cifra de maltratos ascienda a 320 millones.
  • El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
Esto demuestra que el problema es más grave de lo que muestran las estadisticas ya que existe un gran número de actos de maltrato que permanecen sin denunciar. Esto ocurre por multiples causas: miedo de la victima, deterioro cognitivo o físico que le impide escapar de la situación conflictiva haciendolo más vulnerable, cuidador portador de desordenes de la personalidad, retraso mental, drogodependiente o alcohólico, familias disfuncionales, resentimiento, abuso en el pasado, etc.

Conceptos:

Maltrato, según la OMS en la Declaración de Toronto, se define como la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que causa daño o angustia a una persona mayor y que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una perspectiva de confianza y reviste intensidad y/o frecuencia como para producir efectos nocivos (físicos, sociales, psicológicos, financieros, lesión, dolor, pérdida de calidad de vida de la persona mayor).

Síndrome del anciano maltratado: Situaciones no accidentales en las que el anciano recibe daños  físicos,  privación  de  sus necesidades básicas o daño psíquico como resultado de  un acto  de  omisión  por  parte  de quienes  deben  cuidarlo. 

Abuso: deseo de infligir daño, confinamiento injustificado, intimidación o castigo cruel, que de origen a daño físico, dolor o angustia mental, deseos de privar de los cuidados, alimentos o servicios al adulto mayor.

Negligencia o abandono: deficiencia, por parte del cuidador, para proporcionar los alimentos o servicios que son necesarios, en orden a evitar un daño físico, angustia o daño mental.
• Abandono activo: existe intencionalidad.
• Abandono pasivo: existe una incapacidad por parte del cuidador para    proporcionar los cuidados.
La negligencia o abandono se diferencia del abuso, en que este último suele ser deliberado y la negligencia puede ser no intencionada.

Factores de riesgo:

  1. Del anciano:  Deterioro físico, mental o emocional que le produce una dependencia. Aislamiento social. Cohabitación con el agresor. Deterioro rápido que no permite organizarse a la familia. Historia previa de violencia familiar.
  2. Del cuidador responsable del maltrato: Cuidadores agotados, con un promedio de cinco años cuidando al anciano. Cuidador único sin ayudas familiares ni oficiales. Cuidador poco preparado. Cuidadores con problemas personales: laborales, de pareja, problemas psíquicos, con adicción a drogas o alcohol. Cuidador con dependencia económica del anciano. Mala relación previa entre el cuidador y el anciano.
  3. Del entorno: Falta de respuesta a las demandas realizadas. Falta de soporte tanto familiar como institucional. Falta de espacio en la vivienda. Dificultades económicas.

  1. Otros: Deficiente formación del profesional responsable del anciano. Bajos sueldos, desmotivación y cansancio profesional. Instituciones: Contrata cuidadores sin capacitación, no ofrece privacidad a los residentes.                                                                                                                                                                                                    
 Tipos de maltrato:
  1. Físico: Actos de violencia que pueden producir dolor, daño, deterioro o enfermedad. Ejemplos de abuso físico serían: empujar, golpear, abofetear o pellizcar, forzar la alimentación, etc. 
  2.  Psicológico: Conducta que provoca angustia mental en el anciano. Ejemplos de abuso psicológico serían: censura, acoso o intimidación verbal, amenazas de abandono o institucionalización,etc.
  3. Económico: Mal uso de los ingresos o recursos de una persona anciana para ganancia económica o personal del cuidador. Ejemplos de abuso económico serían: negar al anciano la vivienda, ocultar los bienes materiales, robo de dinero o posesiones, etc.
¿Cómo realizar el diagnóstico de maltrato?

El maltrato tiene muchas formas de presentación por lo que el profesional sanitario debe estar alertas ante cualquier signo que pueda sugerir un hecho de este tipo. Existen múltiples indicadores que pueden orientar, entre ellos: retraso inexplicado en la búsqueda de tratamiento, llegada a urgencias sin el cuidador principal, falta de cooperación del cuidador, el anciano y un miembro de la familia dan explicaciones diferentes de un incidente, evidencia de lesión, deshidratación o desnutrición, úlceras por presión no atendidas, niveles subterapéuticos de medicamentos.
¿Qué hacer ante un paciente anciano víctima de maltrato?
1. Recibir y atender al anciano maltratado
2. No realizar el examen físico delante del  supuesto agresor.
3.    Realizar un informe asistencial, detallando los  hallazgos encontrados al examen físico.
4. Informar a la justicia.
5. Informar al anciano siempre que sea posible y no presenta deterioro cognitivo.
Un error que cometemos con frecuencia es informar a los familiares antes que al anciano. Debemos respetar el derecho que tienen nuestros mayores, siempre que sea posible, a recibir información adecuada sobre su salud y de decidir que es mejor para ellos.